Cuando las lagrimas pesan toneladas
Esperas en silencio que el viento te dé una respuesta, a veces ya no soportas más y acudes a la idea más simple LLORAR, solo encuentras consuelo en esas pequeñas gotas cristalinas de lluvia que salen de tu interior, cuando el dolor te vence al momento, aunque sea solo un mero instante es realmente inquietante, es como ver el cielo hacerse trizas como un simple y horrendo cristal antiguo.
Cuantas veces nos podemos sentir así, juramos en ese instante que es el momento más sobre cogedor, pero lo que no sabemos es que el siguiente será peor. Así se formara una cadena de desenlaces tormentosos que te hundirán cada vez más sin que te des cuenta.
Pero cuando sientas que ya has tocado fondo, la vida despertara e irá a tu rescate como un amable y galante caballero en su corcel prístino, es realmente irónico, que suceda solo en ese momento, pero la ironía más grande es que ese caballero fue astuto y actuó mucho antes, pero nuestro empecinamiento no nos permitió darnos cuenta, pues primero se presento como una carta sin remitente, luego como mendigo y una vez como tu mejor amigo, pero una seguía decidida a saltar y el tubo que dar refreno a esa locura desquiciada que te impulsaba a realizar tal alocada hazaña.
Cuando te sentiste por fin segura de que él estaba ahí, solo por fin, hicisteis de lado esa idea y empezaste a sollozar como si fueses un niño que ha perdido su juguete favorito, tu llanto es INCONSOLABLE pero esos sollozos le parecen a él lo más bello que ha escuchado. El ya no te suelta pues sabe que si lo hace te va a desarmar, te has vuelto una muñeca de esas que repetías lo que te decían, pero ahora que te han mostrado la realidad tienes opciones por doquier.
Te asusta esa idea, pero la tendrás que afrontar quieras o no, solo que lo nuevo siempre causa temor…pero ahora ya no estás SOLA.
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